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Homenajear, recordar y resignificar, como acto de reparación a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y ejecutados políticos, fue el espíritu de una serie de actividades organizadas por la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, sede San Felipe, Vinculación con el Medio Campus San Felipe y PRAIS Aconcagua, en conmemoración a los 50 años del golpe de estado, bajo el lema “Abriendo las alamedas del Aconcagua. Por la memoria y el derecho a la salud”.

Exhibición de documentales, conversatorios, intervenciones artísticas, ponencias y plantación de un árbol, formaron parte del programa de tres días para rememorar uno de los períodos más dolorosos de nuestro país.

La programación, que se llevó a cabo en el Campus San Felipe de la Universidad de Valparaíso, contempló la presentación del recientemente estrenado documental “Bastardo, la herencia de un genocida” (2023, Chile) y un conversatorio presencial con el director Pepe Rovano. También, se exhibieron en días consecutivos “El Botón de Nácar” (2015, Chile), dirigido, escrito y narrado por Patricio Guzmán; y “El pacto de Adriana” de Lissette Orozco (2017, Chile), los que fueron seguidos por un conversatorio.

Adicionalmente, se realizó la ponencia “Trayectoria de vida de Sara Donoso y Rosa Solís, estudiantes detenidas desaparecidas de enfermería en 1974 y 1975”, se plantó un árbol por la memoria de quienes perdieron la vida y, en paralelo, estudiantes realizaron una intervención artística de “Afiches por la verdad”, por diversos puntos de la ciudad de San Felipe.

El tercer y último día -que contó con la participación de autoridades académicas; el delegado presidencial Cristian Aravena; la alcaldesa de San Felipe, Carmen Castillo; y la diputada Francisca Bello- se exhibió el documental testimonial de Sonia Fernández para desarrollar, posteriormente, un plenario de reflexión.

Asimismo, estudiantes y la comunidad PRAIS diseñaron un lienzo solidario por la memoria, donde se resalta el papel de la mujer, el que fue instalado en el Centro Patrimonial Buen Pastor.

Para la secretaria de PRAIS Aconcagua, María Angélica Saa, desarrollar este programa con la Escuela de Medicina fue una experiencia muy consensuada y enriquecedora. “Nunca pensamos que íbamos a tener esa recepción de toda la Universidad. Logramos una alianza, un acuerdo para trabajar en conjunto y de conocimiento mutuo de ambas instituciones, fuimos estrechando vínculos y nos dimos cuenta de lo importante y valioso que es que las generaciones jóvenes conozcan lo que pasó y logren concientizarse y ponerse en nuestra posición. Nos dimos cuenta que los jóvenes se comprometieron de corazón con todo lo que realizaron”, expresó.

Como extrabajadora de la Vicaría de la Solidaridad por largos años, María Angélica consideraba muy importante homenajear a las víctimas ejecutadas o desaparecidas por la dictadura en el Valle de Aconcagua. Así surgió la idea de plantar el árbol y dejar una placa conmemorativa y, luego, los estudiantes propusieron la intervención por las calles de la ciudad con los afiches con imágenes de la víctimas del valle.

Javiera Reveco, estudiante de Medicina, quien participó activamente en todas las actividades de conmemoración, opinó que “es muy importante dar una nueva interpretación a lo que ocurrió, resignificando a las víctimas y no ocultar lo ocurrido”.

El estudiante Manuel Gil comentó que si bien este programa está inserto en una asignatura (Salud y Sociedad I), da pie a poder relacionarse como alumnos y futuros profesionales médicos con diversas experiencias de vida y, en este caso, con una tan particular como los usuarios de comunidad PRAIS.

En tanto, el director del Campus, Francisco Pantoja, indicó que es un compromiso como institución pública traer a la memoria estos hechos con el fin de “que no volvamos a vivir nunca más situaciones de violación a los derechos humanos en nuestro país”.

La idea de conmemoración de los 50 años del golpe por parte de Medicina UV nació del bloque curricular Salud y Sociedad I, cuyo docente coordinador, Cristian Torres, expresó: “Mantener viva la memoria de lo sucedido nos ayuda a construir un futuro más inclusivo y equitativo. La verdad y la justicia son los pilares fundamentales en el camino hacia un Chile más fuerte, democrático y con memoria”.