Escuela de Enfermería realizó capacitación sobre aplicación de Guías de Práctica Clínica en la calidad del cuidado
La jornada estuvo dirigida a profesionales de la Enfermería de Aconcagua
Las prácticas clínicas forman un componente esencial del programa formativo de la carrera de Enfermería, conformando un proceso en el que se aprende desde la propia práctica y que requiere de un hábito que se adquiere en forma intencionada y en forma secuencial durante todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Bajo esa premisa y con el propósito de perfeccionar la vinculación con los centros de prácticas a través del desarrollo de una cultura basada en la evidencia, la carrera de Enfermería del Campus San Felipe llevó a cabo una jornada de capacitación centrada en el impacto de la aplicación de las Guías de Práctica Clínica de Enfermería en la calidad del cuidado, encuentro que estuvo dirigido a profesionales de la Enfermería y tutores y/o supervisores de docencia clínica, y que fue encabezado por la Doctora en Ciencias de la Enfermería y Coordinadora del Programa Guías RNAO de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Valparaíso, Bruna Espinoza, en compañía de la enfermera Coodinadora del Programa RNAO-Minsal de Buenas Prácticas Clínicas del Hospital San Borja Arriarán, Bárbara Ampuero.
“En el actual contexto sociosanitario cambiante y complejo, los profesionales de enfermería deben saber tomar decisiones en los diferentes contextos en donde les compete actuar, fundamentados en la mejor evidencia generada por la investigación para otorgar un cuidado humanizado, seguro y eficiente, de acuerdo con las necesidades de la población en las distintas etapas del ciclo vital de las personas”, señaló la Doctora Bruna Espinoza respecto a la importancia de habilitar estos espacios de aprendizaje.
La académica, quien tuvo a cargo la apertura de la jornada con la exposición del tema -Nociones elementales de la práctica basada en la evidencia. Guías de Práctica Clínica de la RNAO-, sostuvo que “El proceso de aplicar la mejor evidencia en la práctica del cuidado, reviste cambios en la forma de pensar y de sentir el cuidado que se otorga, tanto por parte de las enfermeras/os asistenciales que deben renovar la forma en que abordan día a día su labor de cuidar a los pacientes, con una preocupación permanente por otorgar cuidados en base a evidencias, como en las enfermeras docentes, porque en ellas recae la responsabilidad de infundir en los estudiantes, a lo largo del proceso formador, la inquietud investigativa a través del desarrollo y aplicación de la competencia de pensamiento crítico-reflexivo que los lleve a plantearse preguntas y a desarrollar las competencias en la búsqueda de información, relacionadas con el cuidado, como también en desarrollar una cultura de autoevaluación permanente de su quehacer”.
En encuentro continuó con la ponencia de Bárbara Ampuero titulada -Programa Guías Clínicas de la RNAO. Plan Piloto Minsal. Implementación-Mantención-Evaluación-Seguimiento. Impacto de la aplicación de las guías en la Gestión del cuidado de Enfermería-, oportunidad en que la profesional pudo compartir su experiencia a cargo de la coordinación del Programa RNAO-Minsal de Buenas Prácticas Clínicas del Hospital San Borja Arriarán, relevando el trabajo que se desarrolla tanto en el ámbito clínico como académico, y cómo ambos se conjugan en beneficio de la salud de los pacientes.
RNAO
La Registered Nurse Association of Ontario, RNAO, es una asociación de profesionales de Enfermería, titulados, practicantes y estudiantes de Ontario, que desde 1925 promueve una política de Salud Pública basada en la excelencia del ejercicio de la Enfermería, y que el año 1999, lanzó el programa de directrices sobre mejores prácticas en colaboración con el Ministerio de Salud de Canadá. En la actualidad, el programa es reconocido internacionalmente por su excelencia, desempeñando un rol de liderazgo en el desarrollo de las Buenas Prácticas Clínicas.
“Hace dos años, el Minsal suscribió un convenio con la RNAO para trabajar en conjunto con estas guías de buenas prácticas clínicas, implementándolas en seis hospitales públicos del país con el propósito de fortalecer la atención entregada a la población a través de mejor salud y calidad de vida", afirmó Ampuero, quien desde su rol estratégico en San Borja Arriarán aclara que el principal objetivo en un plazo de tres años es conseguir la acreditación como centro comprometido de la excelencia de los cuidados, y extender esas guías al resto de los establecimientos públicos de salud.
Respecto a la evaluación del proceso, la profesional señaló que: “En la implementación de estas guías hemos logramos estandarizar los cuidados a nivel de los seis hospitales involucrados en el programa, además de desarrollar normativas que afectarán a todo el país, generando medición de indicadores que han producido un impacto en relación a la notificación de eventos en nuestro hospitales y que se ha visto reflejado, por ejemplo, en la gestión de insumos y de recursos orientada a adquirir aquellos que tienen mayor evidencia y mejor calidad para nuestros pacientes, con lo que pretendemos disminuir la tasa de eventos de los temas con los que trabajamos en un futuro cercano”.
Para finalizar, Bárbara Ampuero se refirió al rol que la academia juega en lo concerniente a la implementación de las buenas prácticas clínicas: “El desafío es que lo que la academia enseña se plasme en la cama del paciente, es decir, se fomente en todo momento el trabajar con evidencia; que los profesionales que egresan de la universidad y llegan a atender al paciente, mantengan ese conocimiento que tuvieron en la universidad y en la práctica clínica, que no se pierda y que no se diluya en el tiempo, y que se haga efecto trabajando de mejor calidad, con mejor atención y obviamente con prácticas basadas en la evidencia”, manifestó.
En la misma línea, Bruna Espinoza destacó la misión de la Escuela de Enfermería de la UV en la formación de sus futuras/os profesionales: “Estamos muy conscientes de que nuestro principal objetivo es formar profesionales con competencias que les permitan abordar diversas situaciones de salud vinculadas al cuidado de enfermería de las personas, familias y comunidades, seleccionando y utilizando el conocimiento científico y disciplinar existente, lo que en definitiva nos ha motivado a fortalecer un vínculo muy cercano con la RNAO para convertir a nuestra institución académica en una Organización de Buenas Prácticas Profesionales”, enfatizó.